I
Noble en verdad tu eres
Te nutres de sol, sal y vientos
Escasa el agua que la nube ocasional
Escancia, espaciada, sobre ti
Esta Te basta para ser feliz
Oh noble y humilde Yaque

II
Alegre, la brisa te mece, y
Tu risa lleva, sin mas, envuelta
En cantos de paraulatas, cristofué y
Aquellos turpiales y guayamates
que mi hoy esposa, niña ayer
Con mano pura cuidara
Alimentando, con amor
Al frágil ser que
Entre Tus ramas protectoras
Inocente hallaba y tú
Celoso eras de sus vidas, guardián
Pero a ella, a su amor
Las Espinas apartabas…
De ella no temías nada

III
El chirito, la iguana
El azulejo y la paraulata
Seres todos de piel y
Tornasoles alas
Refugio encuentran en ti
Entre tus flexibles y espinosas ramas…
Para ellos, eres cobijo
Para sus verdugos, trampa

IV
El marinero-carpintero
Cual guerrero ribereño
Con sus armas nunca te amenaza y
Por el contrario, diligente tu piel pule y
Con suavidad, la escofina
Sus amorosas manos te pasan
Descubriendo tu elegancia
Tu prestancia
Debajo de esa ruda coraza
Que protegiendo tu vida
Guarda, Envuelta, tu noble alma

V
Si las ventoleras fuertes
En tu lejana infancia
Tuercen tu tronco y ramas
Costilla fuerte y acerada
En su bajel serás
Protegiendo sus sueños
Resguardando su carga

VI
SI por el contrario, recto eres
Serás "El nervio principal"
Surcando olas, abriendo tú propia senda
Entre tormentosas e inquietantes aguas

VII
Punta de lanza del Margariteño eres
En esos campos de batalla, líquidos
Representando no solo el gentilicio
Del neoespartano guerrero
Sino que, como aquellos
Inmortales de la Grecia clásica
No te doblegas ni te rindes
Ante nada

VIII
Le transportas a el y a sus sueños
Cual si Madre y Padre, o
Abuela y Abuelo cariñosos fueses
En los que el Marinero
Cual niño Inquieto
Trepa tu cuerpo de sabidurías viejo
Pues sabe que, de cierto, has bebido
Los salobres y antiguos vientos
¡Oh Noble Yaque de la Noble Esparta!
Soltándose, confiado y Pleno
Escuchando las historias y los cuentos
Entregándote sus miedos
Oh Maderamen protector
Co-Realizador de sueños

IX
Aun después de entregar tu vida
Noble y gentil Yaque
Aún en tus astillas eres noble
Alimentando el fuego en el fogón humilde
Siendo testigo de historias y leyendas
Algunas ciertas, otras, traídas de los pelos
("Cachos" Le dicen los viejos
A ésos cuentos increíbles
Inventos de la mente fértil
Del fecundo imaginario Oriental, Margariteño)

X
Le das, así, calor al ingenio y
Un chisporroteo, Glorioso, como tú
Elevas al cielo
Como los sueños de esos niños
En tu derredor, ansiosos
Por realizar, como tú, lo ansiado y bello
Despertado por ti ¡Oh Noble Yaque!
Cual espejo de sus propios sueños
De Sol, mar, viento y misterio

XI
No te arredra el hacha
Aunque tiemblas
Ante el primer golpe, certero
Pero…
¿Es que acaso el mismo Cristo
No solicitó, temblando
Que el Cáliz amargo le fuese apartado
En su mas difícil y solitario momento? Y…
No trastabillo, Cansado
Agotado, camino del Gólgota
Cruel tormento, impuesto?

XII
Te entregas dadivoso y das tu carne de madera
Fibra dura, pero dúctil, al carpintero ribereño
Alma sensible y noble
(Que curioso… ¡Otro carpintero!)
Quien con su propio sudor tu dolor riega
Aplacando así el Tormento
mientras tú presientes ¡Oh Noble Yaque!
La dulzura de la mar que surcarás, glorioso
Llevando, a Salvo y protegido
Al orgulloso marinero
Que, adónde llega siempre dice:
"Me vine remontando olas y
Tormentosas ventoleras
Confiando solo en la virgencita del valle y
En la dura resistencia de los Yaques de mi tierra
Fuertes y Nobles…
Nobles como yo, Margariteño
Neo-Espartano, guerrero fiero y
Orgulloso de que me llamen ñero"


Jesús A Peñaranda Chadid
Playa Parguito, 27/10/2008
Isla de Margarita, República Bolivariana de Venezuela