El amor, ¡ay Catalina! el amor...

I
El Amor, Catalina
Es como el Limonero aquel
Que, exhalando aromas
Te enviaba, desde el patio
De aquella "Casa grande"
En aquel Agosto cálido
Cuando sentada estabas
En las rodillas de Abdallah
Balanceando el mecedor

II
El Amor
¡Ay, Catalina!
El Amor…

III
Ese es el Amor de niños
Quizás el que recordamos
Con más alegre persistencia o
Más insidioso dolor
Pues nunca, nunca olvidamos
Ni el patio de la casa
En que nuestra niñez transcurrió
Ni aquellas caricias gratas
Que en nuestros cabellos entretejió
Aquel fuerte y grande Abdallah
Que nuestro ser engendró
Queriéndonos hacer Príncipes
Del Reino que construyó
Para sus hijos y nietos
(Y entre esos estoy yo)
En esta tierra que Amó y
A la que entregó, gustoso
Sin una queja ante Dios
La fuerza de fuertes brazos
Toda su sangre y sudor

IV
El Amor
¡Ay, Catalina!
El Amor…

V
Princesa de mil y una noches
Bañada de Luna y Sol
Aromas tan exquisitos
Que ni Sherezade soñó
Perfumaron las historias
Que Abdallah te contó
Mientras que con fuertes dedos
En tus cabellos el tejió
Aquello real y mítico
De aquel Líbano que Amó y
Que hasta el final, en sus pupilas
Siempre nítido y fiel
Con el si permaneció

VI
Esa es
¡Ay, Catalina!
Otra cara del Amor…

VII
La otra cara, Catalina
(Pues el Amor es como una flor
Con muchos pétalos encima
Como caras tiene Dios)
A veces se nos muestra
Con mucha fuerza y tesón, o
Como tímida novia, que
Aún con el camisón
Deslizándosele de los hombros
En noche de ensoñación
Entrega lo más preciado
(Su más guardado tesoro)
Con una gran ilusión
Trémula de Amor, embargada
Copa desbordante y plena
Bien sea para el, su esposo
Bien sea para ÉL, su Dios, o
Para aquel "Dos en uno"
Si ese premio recibió

VIII
El Amor
¡Ay, Catalina!
El Amor…

IX
El Azahar de aquel Limonero
Puro Aroma de Amor
Con o sin pasión, Amor
Amor puro y Sagrado o
Menos puro, pero Sagrados los dos
Sea cualquiera de ellos
Sea cualquiera de los dos
Pues de allí vienen los hijos
Sean estos Santos Maestros o no
Seres de Perfecta Devoción
Sean pues fuertes guerreros, o
Sean, simplemente
Como tu o como yo
Pues es lo que sueña un Padre
Es lo que Abdallah soñó
Con aquella Lola Jattim
Que el tanto y tanto Amó
Con aquel Amor de joven
Tesonero y trabajador
Mientras fundaba su reino
En estas tierras de ensueño
Que con sudor conquistó

X
Esa es
¡Ay, Catalina!
Otra cara del Amor…

XI
Por algo, en aquellas tierras
Que con su sudor regó
Cada gota, cada una
El la plantó con Amor, y
En diamantes y en oro
La tierra, agradecida
A el se las revirtió
Haciéndolo de aquellas tierras
Gran Visir y Gran Señor
Tejiendo, entre tus cabellos
Aromas de Azahar en flor
Con sus sueños e ilusiones
Con grande y puro Amor
En estas tierras de ensueño
A las que el vino un día y
Viendo bien, conquistó

XII
Esa es
¡Ay, Catalina!
Otra cara del Amor…

XIII
Por algo, en aquellas tierras
Rodeado de limoneros
Que para ti el plantó
Llegó un día, fatigado y pensativo y
Bajo ellos se sentó, y
Antes de concluir su obra
La estatua de la Santa
Virgen del Carmen, Amada
En el camino de acceso
El, Devoto, colocó, y
Así, Isabel a ti y a sus tierras Bautizó

Para Bendecir las joyas
Que a el Dios entregó
Una era la noble tierra, y
La otra, eras tú, Catalina Isabel
La Princesa de su Corazón
¡Las tierras para la vida y
Tu, para el Amor!
Que la una sin la otra
Son como Rey sin corona y
Como flor sin aroma, o
Como Dios sin Amor
Pues para que sirve la tierra
Si no nos da nutrición y
Para que sirve un reino
Si no hay Gobernador
Que en su cabeza exhiba
El símbolo de su esplendor
Mas brillante que el oro o
Más radiante que el sol y
Así, yo me pregunto, y
Te repregunto a vos
Para que nos sirve Dios
Si no muestra compasión
Misericordia Divina y
Mucho, mucho Amor
Para aquellos de sus hijos
Que un día emigraron
Olvidando a la fuente
De la que todo salió

XIV
El Amor
¡Ay, Catalina!
El Amor…

XV
Todo no siempre nos sale
Tal y como se planeó
Bien sea por corta vista o
Falta de larga visión y
La invasión nos llega un día
Sin heraldo ni tambor y
Debemos recordar que
Hasta Boabdil falló y
Montando su caballo
(Árabe puro, viento y sol)
Presuroso, como rayo
Puro celaje y tornasol
El gran rey se escapaba
Sin su melena de león
Cuando su reino perdió y
Su madre le espetaba
Con desprecio y gran calor
Que porque, como mujer el hoy lloraba
Si no supo defender
Lo que antes, como hombre
Con sus tropas conquistó

XVI
Esa es
¡Ay, Catalina!
La cara triste de ese Amor…

XVII
Ese fue el último rey nazari
De esa Granada de Dios y
Por no cumplir su parte
El, el pacto incumplió
Por intrigas de su madre
Que su poder manejó
Siendo el, el heredero y
De ese reino, señor

XVIII
Esa es
¡Ay, Catalina!
El gran tallo de la flor
Aquella versión de espinas
Cuando eso se plantó

XIX
Somos príncipes, Catalina
Herederos de ese reino
Que el Gran Abdallah creó y
No tuvimos que matar
Ni arrebatar ni engañar
Para tener lo que tenemos y
Por eso, Doble Herederos somos
Eso somos tú y yo
Del Reino de Nuestro Señor
Sea poco o sea mucho
Gracias damos al Excelso
Por la Gracia Derramada
A través de aquel Botero
Ajaib Misericordioso
Dispensador del Naam
Aquel Hijo del Desierto
Guerrero Santo y Glorioso
Sin fusil ni bayoneta
Sin pólvora y sin lamento
Nos guía a través del campo
De la batalla, horroroso
Hasta triunfar sobre nosotros y
Llegar a ver el Sol
Que nace en sus cabellos
En donde nunca murió

XX
Esa es
¡Ah, Catalina!
La otra cara de el Amor
De aquel Amor Glorioso
De Ajaib, nuestro Señor…

XXI
El Amor
¡Ay, Catalina!
El Amor…


Jesús Alberto Peñaranda Chadid
(Nieto de Abdallah y Lola Jattim
Hijo de Catalina Isabel)
Playa Parguito 20/4/2009
Isla de Margarita
República Bolivariana de Venezuela

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