
I
Mi Padre, un Peñaranda
Mi Madre, una Chadid
Hijos de razas bravías
Vástago el, de raza viril
Ella, perfume de azahares
Su aliento puro Jazmín
Mejillas cual dunas doradas
Cantarina, como fuente, en su reír
Sus ojos, cual un oasis
Remansos serán para mí
El día en que salgamos
De este Océano tan hostil
Que carcomiendo, por karma
Nos une y separa aquí
II
He aquí a un Chadid
Navegando entre las olas
De este Océano de la vida
Suaves dunas en que el viento
Ululando adormece
Guiado por las estrellas
Mismas que ayer guiaron
A mis ancestros hasta aquí
III
A lo lejos se avizora, quizás
Arribo feliz
A un puerto muy seguro
Al puerto de mi raíz
Pues una nave sin anclas
Sin bandera y sin patria
Presa es de los piratas
Que atacan y saquean
Acuchillan a morir
IV
OH Lord
Señor de mi Alma
Mi proa enfila allí
El timón mantenlo firme
Pues ya diviso las luces
Del puerto de mis ancestros
Puerto de donde salí
Cuando tu mismo, Señor
Soplando sobre mis velas
Hinchándolas, me lanzaste
Al Océano de la vida
Del exilio, del sufrir
V
Aquí, aquí, nadie es feliz…
Sonrisas de apariencia
Amores y francachelas
Son el muy sutil yeso
Con que construimos mascaras
Detrás de ellas ocultamos
El sinsabor y el sufrir
VI
Es falso que en cada puerto
El marino un amor tiene
Ya que su ojo expectante
Anhelante languidece
Oteando en el horizonte
De su vida las palmeras
Cuyas siluetas retiene
Pues entre palmas el nace y
El regresa, entre ellas, a morir
VII
Como la serpiente aquella
Que mordiéndose la cola
Cierra un ciclo, feliz
Diluyendo los apegos
Desaguándose del Ego
Del primigenio Océano
De las guerras y la raza
De guerreros sacerdotes
De los Santos con espadas
Que espolean caballos
Con el arco entrecruzado
En el pecho o la espalda
En mano Izquierda la rienda y
En la Derecha, la lanza
O la liberadora espada
VIII
Decapitar ahora debo
La hidra de mil cabezas
Cancerbero siempre alerta
Sirviente de Kal, muy fiero
Obstruyéndome el Camino
El Sendero del Ascenso
IX
Flamígera y Cantarina
La espada del Maestro
Puro Naam, Verbo Eterno
Que no incinera Almas
Pero si el Propio Ego
A tu filo hoy entrego
La rigidez de este muerto
Llamado Jesús Alberto
Para que entre Sonido y Fuego
Tu vibración me penetre y
En mi templo, silente
El Sonido Reverbere
Entibiándome el cuerpo
Regresándome a la vida
Al Amor del Padre Eterno
Playa Parguito, 6/6/2006
Isla de Margarita, República Bolivariana de Venezuela