I
La serenísima piedad
En el rostro, establecida
De los Internos Dolores
Nos presenta los lamentos
En oraciones al Padre
Por el Dolor de una Madre
Así como de su Hijo
II
Crispación muy relajada
En los labios, muy serenos
Suavidad en el entrecejo
Fruncido en dolor viejo
Una lagrima atrapada
Entre párpados, serenos
Dolor así dominado
Mientras desangra por dentro
III
Así es esta María
Con ese hijo tan quieto
Con los músculos marcados
Después del ingente esfuerzo
Soportando el dolor
Mientras se eleva en lo Interno, y
Ya relajado yace
En su regazo, sereno
Aquél Maestro de Amor
Llamado Jesús EL BUENO
Con el que me identifico
Cuando con el cinturón
A los mercaderes del templo
Azotó sin gran esfuerzo
Exigiéndoles respeto
Para después, muy muy calmo
Beber el cáliz, completo
Sin desperdiciar ni gota
Tomando el sufrimiento
Sobre sus hombros humanos
Por los Discípulos que cumplen y
Por los que aún recibiendo
De ÉL, se van burlando
Contentos
Playa Parguito,14/8/2014
Isla de Margarita
Lugar de mi auto exilio, o quizás, de mi destierro.
Venezuela