

I
En la noche tormentosa
Del Alma mía, aterrada
Con benevolente mirada
Hizo Honor al compromiso
Aquel Ser, tan Luminoso
Kirpal, el Hijo de Sawan
Emperador de lo Interno
Señor de todas las Almas
II
Compromiso adquirido
(Pura Gracia Derramada)
Que a través de los siglos
El Gran Santo, Amantísimo
Libremente se Obligara y
Aún dejando el abrigo
Carga corporal, pesada
Navegando el Océano
De su creación, perlada
Descendió en el abismo
De esta, mi playa asolada
Por tormentas y huracanes
Rescatando así mi Alma
III
Llevóme ÉL ante Ajaib
León Manso en la mirada
Pero de certera zarpa
Si de sus Hijos se trata
Que un rugido inigualado
Lanzó poniendo en fuga
A los cinco que atormentan
Que encadenan el Alma y
A quien atormenta Almas
IV
Kal, señor de Justicia
Supremo Juez, ponderado
Justo e inmisericorde
La balanza equilibraba
Sopesando así mis faltas
Con toditas mis acciones
Mas pecados y omisiones y
A la izquierda se inclinaba
El plato de mis pecados
Sin que él hiciese nada
V
Juez certero y respetable
Dictó la sentencia (agria)
A tan abundantes faltas
E innombrables pecados
Carnicero despiadado
Prolija cuenta llevaba
Pero Ajaib, el Misericordioso
Con su Manto me tapaba y
Nada podía Kal
Señor de justicia ingrata
Hacer ante tanta Luz
Que irradiaba su mirada
VI
Tanta Gracia derramada
Sobre esta oveja negra
Que ahora ÉL tornaba blanca
Que antes siendo chacal
Con la piel muy desgarrada
Apaleaban a mansalva
Los cinco hábiles ladrones
Los saqueadores del Alma
VII
Y tuvo el Señor Kal
Que mis cuentas entregar
Directo al Santo en sus manos
Que ya su justa justicia
No podía a mi alcanzar
Siendo como ya está
Mi vida ahora en sus manos y
Mis cuentas, una a una
Tuvo el Santo que saldar
VIII
Dejóme lo mas liviano
Lo que yo podía cargar
Es por eso que el pecar
Se me torna más difícil
Por ser quizás, inhumano
Pues cada falta, aunque nueva
El Santo a de purgar
Lacerando yo su cuerpo
Con mi pecar y dejar y
Mis ojos no soportan
Ver su callado sufrir
Que el Santo no se queja
Por cargarme a mí la cruz
Mas su mirada me dice
Mira mi hijo, Jesús
Cuando te harás responsable y
Dejaras de accionar
Hacia el lado equivocado
Mira tu cansado andar y
Tus ojos, muy tristones
De tanto llorar e implorar
IX
Todo mi Ser se apena y
De vergüenza se cubre
Cuando desciendo del trono
En que ÉL me instalara
Empantanando mis pies
Que Amoroso lavara
Ajaib, Divino Maestro
Señor con lágrimas de miel y
Sus cabellos secaran
Como en el relato aquel
Maria, la de Magdala
Discípula pura y Fiel y
No como este Hari
Hari/Jesús Peñaranda
Discípulo indisciplinado
Descuidado e infiel
Playa Parguito, 4/6/2006
Isla de Margarita, República Bolivariana de Venezuela
"Dedicada al Hno. , Sr. A."
Créditos