I
Un ave rosa encarnada
Un día, de madrugada
Soltó unos trinos tan bellos
Que Hari, que Meditaba
Con el Alma, extasiada
A una larga distancia distancia
Que EL, convirtió en cercana
Bendiciones Derramaba
II
Y era tanta la belleza
Del ave, embelesada
Que Hari, fue presuroso y
Sobre ella, Misericordioso
Posó pues, Misericordioso
Su Amorosa mirada y
El Ave, extasiada
Sus lágrimas derramaba
Pues el Señor de su Alma
A su Alma se acercaba
Atraído por el canto
Lastimero de su Alma
III
Quiso pues así, ese día
Derramarle EL la Gracia
Que Ajaib un día a El
Le derramó cual cascada
Refrescando así lo Interno
Pues los fuegos de la mente
Ya casi todo quemaban
IV
Esta es pues la manera
En que el Señor rescata
A aquellos que sufriendo
Cual un ave prisionera
Desde su prisión le llaman
Pues no puede, indiferente
Quedar ante la llamada
Aquel que sufrió por eras
Los embates de la mente
Mientras el Alma, angustiada
Golpeada y adolorida
Misericordia imploraba
Playa Parguito, 26/9/2015
Isla de Margarita, República Bolivariana de Venezuela